Las frutas actúan como alimentos
reguladores, aportando vitaminas y minerales a nuestro organismo.
La recomendación en el consumo de fruta
para la población Española se establece en 2-4
raciones diarias, teniendo en cuenta que cada ración de fruta equivale a
unos 150-200g de fruta o 100-150mL de zumo.
El grupo de las frutas es muy amplio, incluye todo tipo de semillas o
partes carnosas de órganos que han alcanzado un grado de madurez, más o menos
dulces que suelen poderse comer crudos y que contienen (por estar crudos y
maduros) una cantidad razonablemente elevada de vitaminas (mayormente vitaminas
hidrosolubles, C y A) minerales (calcio, potasio y fósforo entre otros) y fibra
alimentaria en cantidades muy diversas.
Así mismo, el agua es el
componente mayoritario (entre el 80 y 85%).
Las más ricas en vitamina C son
la fresa, el fresón, la naranja, la mandarina, el kiwi, el pomelo, la piña y el
limón. A efectos prácticos podemos recordar que una naranja mediana puede
cubrir las necesidades de vitamina C de un día.
Las frutas con mayor contenido de
Vitamina A son el albaricoque, el plátano, el melocotón, el melón, la sandia,
la pera y las cerezas.
Así mismo las frutas aportan
cierta cantidad de hidratos de carbono de fácil digestión y rápida absorción;
al igual que una mínima cantidad de grasas y proteínas.
La cantidad de fibra que aporta
la fruta es menor que la que pueden aportar verduras y hortalizas, además parte
de la fibra desaparece una vez pelada la pieza.
En cuanto a en qué momento del
día debemos tomar la fruta existen controversias debidas al mínimo aporte de
nutrientes energéticos de este alimento.
- Si se toma antes produce saciedad por su aporte de fibra, evitando una ingesta excesiva posterior.
- Algunos recomiendan comerla antes de las comidas para evitar así posibles dificultades digestivas a consecuencia de la fermentación de los azúcares. Asimismo señalan que la fruta posee ciertas sustancias ácidas que estimulan las secreciones del estómago lo que facilitaría la digestión.
No es cierto el
mito que afirma que si se toma la fruta después de las comidas, ésta fermenta
en el estómago. La fruta no fermenta
en el estómago, independientemente de que se tome antes o después de comer.
El estómago no es
un departamento dividido en diferentes alturas, por lo que el hecho de que la
fruta se tome al final de la comida no significa que ésta quede en la parte
superior del estómago y vaya a fermentar. Una vez dentro se mezcla con el resto
de alimentos formando una especie de papilla.
DESPUÉS DE LAS COMIDAS:
- Tradicionalmente se come como postre, podemos seguir manteniendo la costumbre si no modificamos el resto de la comida. Es decir podemos tomar fruta como postre dentro de un contexto de alimentación equilibrada. El sistema digestivo es lo suficientemente eficiente y su capacidad de aprovechamiento vitamínico es muy elevada, no se pierden demasiadas vitaminas sensibles al medio ácido.
- Comer la fruta como postre evita la ingestión de otro tipo de alimentos (dulces, etc.) que poseen mayor valor calórico y contenido en grasas.
- También es bueno como postre porque los ácidos que contienen ayudan a realizar una limpieza de la boca.
ENTRE LAS COMIDAS:
- Como merienda o a media mañana para aprovechar al máximo sus cualidades vitamínicas. Al estar sola en el estómago, la fruta permanecerá menos tiempo en contacto con los fuertes ácidos y por lo tanto la merma vitamínica será menor.
En conclusión, recuerda tomar un mínimo de 2 piezas de fruta al día, sin importar a qué hora la incluyas
en tu dieta.
Si tu problema es de exceso de
peso, la fruta, como el resto de los alimentos, aporta las mismas calorías
independientemente de cuándo la tomes. Si la eliminas de las comidas
principales, no la sustituyas por otro postre y tómala a media mañana y como
merienda. Cualquier otra opción es también válida mientras no la elimines de tu
alimentación.
Si no existe ningún problema de
salud, puedes tomarla cuando quieras, lo que tengas por costumbre o lo que te
parezca más agradable.
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