Existe mucha controversia sobre si la leche es una aliada o
una enemiga para la conservación de la salud.
Entre los opositores al consumo de leche existe un argumento
muy extendido y es que “Ningún mamífero adulto toma leche una vez finalizado su
periodo de lactancia”.
Sí, es cierto que el hombre es el único capaz de tomar leche
una vez finalizado este periodo, pero esto se debe a dos razones:
- El hombre es el único mamífero con la inteligencia suficiente para poder obtener leche tras el destete. Así, con la aparición de la ganadería el consumo de leche pasó de ser esporádico a ser fundamental en la alimentación humana.
- El resto de mamíferos una vez finalizado el periodo de lactancia sufren la desaparición de la Lactasa de su organismo, la cual es la enzima encargada de degradar la lactosa de la leche para que pueda ser digerida. En el ser humano esta enzima se conserva en muchos de nosotros, permitiendo el consumo de leche sin sufrir efectos secundarios.
Propiedades de la Leche

La leche y los productos lácteos nos aportan proteínas de
buena calidad, la CASEINA. Esta es una proteína con un alto valor biológico, es
decir nos aporta gran cantidad de aminoácidos esenciales para el buen
funcionamiento de nuestro organismo.
En cuanto al contenido de vitaminas y minerales, la leche
tiene especial interés debido al aporte de Calcio. La leche y los lácteos son
considerados la fuente preferente de calcio de la dieta. Además aportan
fósforo, potasio y yodo. Y vitaminas del grupo B, como la Tiamina, Riboflavina
y Niacina, además de vitaminas del grupo
A y D (esta última fija el calcio al hueso).
Recomendaciones
En una alimentación sana y variada debemos mantener un
aporte de 3-4 raciones de leche o lácteos al día. Si no llegamos a un consumo
suficiente podríamos no llegar a las RDA de Calcio y necesitaríamos un consumo
supletorio del mismo, tomando gran cantidad de pescado, frutos secos, frutas y
verduras.
El consumo de leche debe ser mayor en niños, madres
lactantes, durante la menopausia y en ancianos.
- Infancia y Adolescencia: La leche materna es el primer alimento que recibe el ser humano. La lactancia proporciona todos los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo del lactante durante los 6 primeros meses de vida. La niñez es una etapa de crecimiento rápido, en la cual deben aportarse todos los nutrientes necesarios para el correcto crecimiento y desarrollo del organismo. En esta etapa se deben proporcionar alimentos de alta densidad nutricional, teniendo en cuenta el aporte de proteínas de alta calidad, así como vitaminas y minerales implicados en el crecimiento. Se recomienda que los lácteos aporten la cuarta parte de las proteínas y las tres cuartas partes de calcio y fósforo necesarios para la mineralización del hueso y de los dientes, por lo que un niño debería consumir unos 500ml/día de leche y derivados lácteos, lo que serían dos o tres raciones diarias. La adolescencia, es un periodo de crecimiento rápido en el que las necesidades nutricionales son elevadas. En esta etapa se desarrolla el hueso por completo, ya no crecerá mas una vez terminada la adolescencia. Por lo que debe asegurarse el aporte de calcio y vitamina D. El adolescente debe aumentar a unas 4 raciones al dia su consumo de leche y derivados lácteos mejor semidesnatados.

- Ancianos: En esta etapa aumentan las necesidades de calcio debido a la perdida de la densidad ósea. Es recomendable que el aporte de calcio proceda sobre todo de lácteos fermentados, como es el yogur, o de leches desnatadas.
- Lactancia: en este periodo los requerimientos de proteínas calcio, vitaminas del grupo B y vitamina A se ven aumentados, por lo que debe incrementarse el consumo de lácteos, al igual que en el embarazo.
- Menopausia: Durante la menopausia el aporte de calcio debe ser especialmente cuidado, puesto es una etapa en la que se produce una gran descalcificación del hueso. Con una correcta alimentación y aporte de lácteos durante su vida se puede hacer frente a esta situación, pero es recomendable el consumo de alimentos enriquecidos en este mineral, como yogures o lácteos para evitar futuras complicaciones.
Contraindicaciones
La leche y los productos lácteos también contienen elementos
menos favorables a tener en cuenta a la hora de su consumo:
- Grasas: La grasa de la leche es Saturada, puesto que su origen es el animal. El aporte de AGS en la sociedad actual está muy elevado, es por esto que en una dieta equilibrada el consumo de leche SEMI o DESNATADA sería muy aconsejable, evitando así el aporte de los AGS procedentes de la leche.
- Intolerancia a la Lactosa: La lactosa para poder ser absorbida tiene que ser degradada o hidrolizada a galactosa y glucosa por la encima Lactasa. El problema es que los niveles de lactasa disminuyen gradualmente a partir de los tres años; dejando de producirse lactasa, o simplemente disminuyendo su producción en nuestro organismo. Por tanto en la edad adulta se dan 3 casos:
- Nuestros niveles de lactasa nos permiten digerir lactosa perfectamente y no se dan los síntomas característicos de la intolerancia. NO SOMOS INTOLERANTES.
- Producimos el enzima pero no es suficiente cantidad para diferir toda la lactosa y se presentan síntomas en función de la cantidad de lactasa ingerida. SOMOS INTOLERANTES PARCIALES.
- No producimos prácticamente el enzima o no no lo producimos del todo, por lo que la lactosa no se absorbe sino que persiste por el sistema digestivo hasta el colon sin romperse, derivando esto en síntomas. SOMOS INTOLERANTES
Existen diferentes alternativas al consumo de leche en caso
de la intolerancia a la lactosa, por ejemplo, el yogur y el queso presentan un
menor contenido en lactosa que la leche. También existen en el mercado
productos lácteos sin lactosas, para aquellas personas que de verdad sean
totalmente intolerantes a este “azúcar” de la leche.
- Alergia a las proteínas de la leche: En este caso aparece una reacción del sistema inmunológico a una o más de las proteínas de la leche de vaca, especialmente a la Caseina. Los síntomas se dan a nivel sistemático, apareciendo síntomas a nivel gastrointestinal, respiratorio, dérmico, e incluso llegando a producirse reacción anafiláctica. Para combatirlo, se deben eliminar tanto la leche como los productos lácteos, salvo que presenten las proteínas hidrolizadas. En estos casos se puede sustituir la leche por bebidas como las de soja, pero siempre eligiendo aquellas que estén enriquecidas en calcio y vitaminas A y D.

¿Cuándo tomar Leche?
EL consumo de lácteos debe estar repartido a lo largo del
día, y nunca debe sustituir al de fruta.
Así, podemos incluir una ración de lácteos en el desayuno,
media mañana o merienda. Dejando la fruta como postre y para completar el
desayuno.
Escrito por: Sara García
A través de Nutricion y Salud
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