Hoy en día, es bien sabido que la
práctica de ejercicio físico unido a una dieta
saludable, son pilares básicos en la prevención y tratamiento de enfermedades
cardiovasculares, obesidad, osteoporosis, además de muchas otras.
En muchas ocasiones nos preguntamos cómo
debe ser la alimentación en aquellas personas que realizan un deporte como
actividad de ocio o tiempo libre, de qué forma deben alimentarse para mejorar
su rendimiento físico frente a la actividad que realizan.
Si embargo, muchas y muy
diversas son las respuestas que se pueden encontrar si no preguntan al
especialista indicado.
En
relación a la alimentación del deportista existen muchos mitos y creencias muy
dispares. Por eso desde aquí, vamos a intentar resolver algunas de ellas.
¿Por qué es tan importante la Nutrición en el
Deporte?
La
alimentación equilibrada es uno de los pilares principales que garantiza el
máximo rendimiento en el deportista. Sin embargo, en muchas ocasiones los
deportistas no alcanzan sus necesidades nutricionales específicas.
Podemos practicar deporte de competición, en
el que el deportista tiene entrenamientos de más de 6h diarias; o deporte por
afición, con entrenamientos de 1
a 3h al día.
En ambos casos, la alimentación debe ser equilibrada en todos los nutrientes y
siempre personalizada para cada
deportista.
Quienes
practican alguna actividad de forma moderada, como caminar, pasear o hacer
bicicleta estática un par de días a la semana no tienen la necesidad de adaptar
su dieta a este tipo de deporte, pero sí cuidar que ésta siga unos patrones
saludables.
Cuando
hacemos ejercicio, nuestro cuerpo quema hidratos de carbono (glucosa) y grasas
para poder producir la energía que necesita para realizar el esfuerzo. También
suda para regular la temperatura corporal. Ambas acciones van a producir una
pérdida de nutrientes en el organismo, lo que se traduce en un desequilibrio
nutricional.
Si no
estamos bien alimentados e hidratados antes, durante y después del
entrenamiento, este desequilibrio desencadena dolor muscular, fatiga y mucha
hambre tras el ejercicio.
Alimentación adaptada al entrenamiento
Lo
primero a tener en cuenta, es que las necesidades calóricas van a variar
dependiendo del tipo de actividad realizada y de otros factores individuales,
como el sexo, la edad o la estatura. Además del objetivo deseado, es decir si
la dieta debe ir enfocada a pérdida o aumento de peso.
Reparto de nutrientes:
En este
punto es donde existe mayor controversia. En muchos casos se tiene la creencia
de que para un mayor rendimiento y obtención de una mayor masa muscular la
dieta debe ser muy rica en proteínas.
Pero,
nada más lejos de la realidad. La alimentación debe ser variada y equilibrada
en todos los casos, es decir se deben comer todo tipo de alimentos, procurando
que exista un predominio de hidratos de carbono complejos. Lo que se traduce en
que la dieta debe contener un 50-55% de Hidratos de Carbono, un 15-20% de
proteínas y un 25-30% de lípidos (grasas). También es importante realizar 5
comidas, haciendo un reparto equilibrado de calorías a lo largo del día, para
mantener la glucosa constante en sangre.
Hidratación:
Para
cualquier actividad que realicemos, va a ser fundamental mantenerse hidratado,
tanto antes, durante y después del ejercicio.
Durante
la práctica de cualquier deporte vamos a perder líquidos sin apenas darnos
cuenta, lo mejor sería reponer exactamente la cantidad de agua que hemos
perdido, pero muchas veces es difícil de controlar, por lo que es primordial
estar bien hidratado antes del ejercicio, e ir reponiendo líquidos mediante la
toma de aguas mineralizadas durante la práctica del mismo.
Reponer fuerzas:
Es
importante realizar una dieta adecuada después del entrenamiento, ya que
debemos recuperar y equilibrar todos los nutrientes perdidos. Pero, para ello,
debemos diferenciar el tipo de ejercicio que hemos realizado, ya que de él va a
depender qué tipo de nutrientes hemos perdido:
- Ejercicio aeróbico:
comprende las actividades de media o larga duración, como correr, caminar,
nadar, remar o practicar ciclismo.
- Ejercicio anaeróbico:
engloba actividades de fuerza, de corta duración e intensidad más alta, como
las pesas, los saltos, el baloncesto o la gimnasia artística.
En
todos los deportes se practican ambos tipos de ejercicios, aunque siempre
predomina uno de ellos. Y en todos los deportes hay un gasto de energía.
Para
reponer fuerzas, es importante elegir alimentos ricos en Hidratos de Carbono
complejos y Proteínas magras (con bajo contenido en grasas); sobre todo durante
las dos horas posteriores al esfuerzo físico, ya que es cuando el cuerpo está
más receptivo y va a asimilar mejor los alimentos.
Estos
nutrientes van a ser imprescindibles en ambos tipos de ejercicio, pero también
es importante adecuar la elección de los alimentos al tipo de actividad que
realicemos:
→ El
ejercicio
aeróbico consume glucógeno muscular. Por lo que es importante elegir
alimentos que nos aporten energía en forma de hidratos de Carbono complejos,
como los cereales integrales, el arroz, la pasta, patatas, legumbres,
hortalizas y algunas frutas (fresas, cerezas y frutos rojos).
→ Las
actividades
anaeróbicas, o de fuerza, destruyen sustancias plásticas del organismo
que deben reconstruirse. Tras este tipo de ejercicio es importante el consumo
de proteínas para reponer el tejido muscular, junto con aminoácidos esenciales.
Para ello podemos optar por tomar carnes de vacuno o porcino, pescados, huevos,
soja, queso o leche.
Recuerda:
- Después de cada entrenamiento, es
conveniente comer un pequeño tentempié para evitar llegar a las comidas
principales con mucha hambre.
- Es importante evitar los alimentos muy
grasos y azucarados, aunque muchas veces sea lo que apetece tras un duro
periodo de ejercicios, las patatas fritas o la bollería además de crear
sensación de pesadez, pueden anular parte del trabajo realizado durante la
práctica de ejercicio.
- Las comidas principales deben ser completas
y variadas. No deben faltar las frutas y verduras, además de hidratos de
carbono complejos, como cereales integrales, arroz, pasta o legumbres, y
proteínas, en forma de huevo o carnes magras (pavo, pollo, conejo o
pescado).
- Para relajar los músculos después del
ejercicio, es esencial el consumo de alimentos ricos en potasio, como la
fruta (sobre todo, los plátanos) y las verduras. Si a pesar de ello se
nota sensación de cansancio extremo, es aconsejable tomar un complejo
vitamínico que ayudará a reponerse con más facilidad.
- Debemos evitar el consumo de grasa, ya que
también retrasa la digestión de las proteínas y, por tanto, la
recuperación de los músculos.
