jueves, 14 de marzo de 2013

Actividad diaria, la mejor arma antisedentarismo


Muchas veces, pensamos que para adelgazar es necesario realizar un ejercicio específico, como ir a correr, jugar al tenis o apuntarse a un gimnasio. Sin embargo, aunque esto pueda ser muy positivo si se realiza de forma regular y continuada, en muchas ocasiones nuestro trabajo, vida familiar u horarios, no nos permiten la realización de ninguna de estas actividades. Y al final tendemos a abandonarnos y a no exigirnos nada en cuanto a actividad física se refiere.

Por otro lado, hay quien piensa que machacándose en un gimnasio, o yendo a correr un par de días en semana, puede compensar todos los excesos que ha tenido durante los días previos.

Sin embargo, a la hora de adelgazar, es mucho más eficaz que evitéis el sedentarismo y os mantengáis activos, que la realización de cualquier ejercicio específico, sobre todo si éste no va a ser continuado.

No podemos basar la bajada de peso en la realización de algún ejercicio, ya que éste no va a suponer un gasto energético tan elevado como para compensar una mala alimentación. La principal herramienta de la que disponemos a la hora de controlar nuestro peso es la dieta, pero sí es cierto que el deporte es una gran ayuda y puede ser clave en este tratamiento.


¿Cómo influye la actividad física diaria en la bajada de peso?

En el 2001, Marta Garaulet junto con su equipo de investigación, realizan un  estudio en el que participaron 20 chicos con una media de edad de 25 años.
A 10 de ellos se les pidió que siguieran realizando su actividad física habitual y a los otros 10, se les regaló una bicicleta estática para que hicieran unos 10 minutos de bici a intensidad moderada, tres veces a la semana.
A los 20 chicos se les realizó una pequeña liposucción junto al ombligo y Marta estudió la expresión de algunos genes, concretamente de los relacionados con la acumulación y la movilidad de la grasa.
Las células que forman el tejido adiposo se llaman adipocitos, cada adipocito tiene una puerta de entrada (La LPL) y una de salida para la grasa (lipasa sensible a hormonas HSL). Cuando engordamos se produce una entrada de grasa en el adipocito y cuando adelgazamos no disminuye el numero de adipocitos, lo que sucede es que disminuye su tamaño (debido a la salida de la grasa del adipocito gracias a las HSL).

Al cabo de unos tres meses se repitió esta pequeña liposucción y se obtuvieron resultados sorprendentes, ya que la expresión del gen LPL se había reducido a la mitad, mientras que la expresión de la HSL se había multiplicado por 5. Así que el grupo de las bicis tenía ahora más facilidad de movilizar grasa que de acumularla.

De este estudio se deduce que una actividad moderada, pero continuada, mejora la capacidad que tiene nuestro organismo de mover grasa y empeora su capacidad de engordad (acumular grasa).

Es por ello, que es tan importante la realización de un ejercicio moderado a diario, y no un gran esfuerzo durante determinados días.

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra actividad diaria?

Al contrario de lo que pensamos, el mantenerse activo es muy sencillo, sólo debemos cambiar una serie de hábitos o pautas a lo largo del día.

Primero, haz un repaso de la actividad e inactividad que realizas en tu día a día. Es decir, el tiempo que pasas sentado o durmiendo (inactividad) y el tiempo que inviertes en la realización de actividades cotidianas (estar de pie, caminar, fregar o planchar, montar en bici, nadar, etc).
Además es importante que también incluyas en esta lista el ejercicio específico que realizas al día, como correr, natación, o cualquier otro deporte. Debes saber que para contabilizar tu actividad como ejercicio, su realización debe suponerte un esfuerzo hasta el punto de que el pulso y la tasa de respiración se aceleren. Si esto no ocurre cuéntalo como actividad cotidiana.

Poco a poco debemos ir aumentando nuestra actividad, para ello podemos usar un sencillo aparato, el podómetro, que contabilizará esta actividad en pasos.
Debemos proponernos la meta diaria de aumentar el número de pasos del día anterior, hasta llegar a alcanzar los 10.000 pasos diarios, ya que entonces nuestra LPL comenzará a disminuir, mientras que la HSL comenzará a aumentar.
 
Lograr aumentar nuestra actividad diaria es tan fácil como adquirir una serie de hábitos más saludables:
  • Subir a casa usando las escaleras en vez del ascensor.
  • Ir andando al trabajo.
  • Realizar 15 minutos de bici al día.
  • Bailar.
  • Salir a pasear.

Si adquirimos unos hábitos más saludables, logrando que sean duraderos, conseguiremos mejorar la movilización de la grasa, lo que se verá en una mayor facilidad para la pérdida de peso.


Escrito por: Sara García
A través de Garaulet 





No hay comentarios:

Publicar un comentario